No es que porque sea mi padre le tengo por una autoridad (si acaso lo contrario, nunca he sido el mejor hijo), pero no habla muy bien del sistema de educación actual lo que hoy he descubierto. Mi padre, que es profesor de primaria, se estudia mis libros de 4º de E.G.B. para ponerles ejercicios a sus chavales al día siguiente.
Ya sabía que la E.S.O. no exigía demasiado nivel, pero no sabía hasta que punto. Gracias al de ser su hijo y sufrir cada día sus comentarios sobre la jornada trabajo de ese día (saber tanto si el Maikel sabía a sus 8 años camelarse a todos los profesores del patio como si los sindicatos no habían logrado que la mayoría de los profesores firmasen un convenio para regularizar las tareas de mantenimiento del colegio) creía poseer una gran perspectiva de la educación en España.
Se me ha caído un mito. Otro. Mi padre también.
lunes, 7 de diciembre de 2009
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